martes, 28 de enero de 2014

Practicando Strobist

El fin de semana nos juntamos con mis amigos de Perufotoguia para practicar la técnica de Strobist, está se caracteriza principalmente por el uso de los flashes de zapata, a los que se les acopla un disparador remoto (en inglés triggers). Estos permiten separar el flash de la cámara para proporcionar fuentes de luz artificial sin tener que invertir en costosos equipo de estudio.


Modelo: Vidalia Pizarro                  Locación: Lomas de Lachay


Luz dura, luz suave

Aunque podríamos dedicarle un tratado completo a este punto, quedémonos con lo más elemental e importante: la diferencia entre luz dura y luz suave. La primera produce una sombra muy oscura, con una zona de transición entre la luz y la sombra muy definida, dando como resultado una imagen muy contrastada. Se consigue con fuentes de luz pequeña (como el flash de la cámara) o alejada del sujeto (como el sol). Cuanto más pequeño sea el tamaño de la fuente en relación al sujeto, más dura será la luz.

La luz suave, por el contrario, produce unas sombras no tan oscuras, unos contornos poco definidos e imágenes con menos contraste. Una gran ventana (fuentes de luz grandes o cercanas) sería un buen ejemplo. Además de la dureza, hay que tener en cuenta el color y la dirección de la fuente de luz, variables que inciden en la dirección de la sombra que ésta produce.


El flash

He aquí el alma del strobist, el flash, pieza a la que podríamos dedicar varios artículos. Y es que la actual oferta de flashes compactos de mano es tan amplia que es realmente complejo decidir cuál es el que mejor se adapta a las necesidades de cada uno. La aparición en el mercado de marcas como Yongnuo o Nissin -más económicas que Canon y Nikon, por ejemplo- ha acercado esta técnica a un mayor número de gente, algo clave en su popularización.

Cualquier flash es válido para hacer strobist, pero vayamos un poco más allá. La mejor opción es aquel que tenga los modos TTL, manual y de disparo a alta velocidad, que sea lo más potente posible y que integre una entrada para alimentación por batería externa.
Una recomendación para empezar: el Yongnuo YN-568 EX. Cuesta unos 150 euros, tiene la máxima potencia para este tipo de flashes (un número guía equivalente a 58) y puede sincronizarse con una velocidad de disparo de 1/8.000 de segundo.

Disparadores de flash

Pieza clave en el rompecabezas del strobist, el principio del disparador del flash es simple: necesitamos un emisor de señal de disparo en la cámara y un receptor de esa señal en el flash. Una evolución importante de estos aparatos ha sido la incorporación de la señal de disparo por radiofrecuencia, eliminando la necesidad de que ambos dispositivos "se vieran", como ocurría con los disparadores infrarrojos. La radiofrecuencia permite un alcance de hasta 500 metros.

Lo ideal sería un sistema de este tipo con una potencia de 2,4 GHz, que permita configurar grupos de disparo y canales de señal, que disponga de zapata para flash y salida de cable por sincronización, que ofrezca disparo en alta velocidad y sobre todo que sea TTL, para controlarlo todo desde la cámara o el propio disparador.

Así es como nos organizamos para hacer la sesión de fotos:

Una persona ayuda con la iluminación usando un flash y paraguas para que la luz no sea muy fuerte

Los fotógrafos tienen acoplado a sus cámaras unos disparadores (radios) que sincronizan con el flash y paraguas

La iluminación puede aplicarse como mejor lo crea conveniente el fotógrafo 

martes, 7 de enero de 2014

El inventario de las naves de Alexis



Alexis Iparraguirre (Lima, 1974) es narrador y crítico literario. Recibió el Premio Nacional de la Pontificia Universidad Católica del Perú en Narrativa 2004 por su libro de cuentos El Inventario de las Naves, cuyas historias se han incluido en diferenes antologías peruanas e internacionales. Es máster de bellas artes en Escritura Creativa en Español de New York University (NYU), licenciado en Lingüística y Literatura por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y candidato a doctor en Literaturas y Lenguas Hispánicas y Lusobrasileñas de The City University of New York (CUNY).

Estas fotografías fueron hechas para la solapa de la nueva edición del Inventario de las naves, ahora solo queda esperar para ver el arte final.





lunes, 6 de enero de 2014

Coqueteo Norteño

La marinera es un baile de pareja suelto, el más conocido de la costa del Perú. Se caracteriza por el uso de pañuelos. Es un baile muestra del mestizaje hispano-amerindio-africano, entre otros. El nombre se debe a Abelardo Gamarra Rondó, El Tunante, quien rebautizó al baile como «marinera» en 1879. El año 2012 el congreso de la república peruana declaró celebrar el Día de la Marinera el 7 de octubre, día de nacimiento de Augusto Áscuez Villanueva, uno de sus principales intérpretes.

En la marinera norteña el hombre baila con zapatos, en cambio la mujer, que representa a la campesina, no los usa. Con la práctica constante las plantas de los pies de las bailarinas se les curten y endurecen y pueden bailar descalzas sobre suelos irregulares, muy ásperos y con frecuencia extremadamente calientes sin que esto afecte la calidad del baile, algo muy apreciado por el público y que para ellas es motivo de gran orgullo.

La marinera en el norte (departamentos de Lambayeque, La Libertad, Piura y otros) es ágil, elegante, libre, alegre y espontánea, mostrando durante todo el baile un coloquio amoroso en el cual la dama coquetea con picardía, astucia e inteligencia expresando su afectividad, mientras el varón galantea, acompaña, acecha y conquista a su pareja. Se trata de un baile de contrapunto donde el varón y la dama deberán demostrar su destreza y habilidad.

En lo referente al vestido típico de las damas debemos mencionar que no existen vestidos de marinera, sino más bien las bailarinas deben lucir vestidos típicos de los pueblos norteños a la usanza de como vestían a comienzos del siglo XIX, eso sí, bailando siempre con los pies descalzos. Es completamente inaceptable el uso de zapatillas, ballerinas o cualquier clase de calzado para la interpretación de este baile.

En los varones es muy conocido el típico traje del cholo norteño, por algunos conocidos ¨de chalán¨, con poncho de telar y de hilo, acompañado de sombrero de paja de ala ancha. En algunos pueblos del norte se usa el terno de dril blanco de costura simple, característica de toda la costa norte peruana. En cuanto al calzado este debe ser negro y de vestir.